Autoestima: cómo fortalecerla desde la autocompasión

Una guía práctica para dejar de juzgarte y empezar a cuidarte con amor

Muchas personas llegan a terapia diciendo: “Quiero mejorar mi autoestima”. Pero lo que muchas veces no saben es que la autoestima no se construye con exigencia ni con frases motivacionales vacías. Se construye, poco a poco, desde el vínculo que tenemos con nosotros mismos. Y ahí es donde entra la autocompasión.

¿Qué es realmente la autoestima?

La autoestima es la forma en que te valoras, cómo te tratas y el nivel de confianza que tienes en ti. Está influenciada por tu historia, tus heridas emocionales, tus vínculos pasados, tus logros… y también por tus fracasos.

No es algo fijo. Se puede trabajar, mejorar y fortalecer. Pero no desde el juicio ni la comparación, sino desde la conciencia y la amabilidad.

Autocompasión: la clave olvidada

Tener autocompasión no es tener lástima por uno mismo. Es saber darte consuelo cuando estás mal, en lugar de atacarte o exigirte más. Es aprender a decirte: "Estoy haciendo lo mejor que puedo, y merezco tratarme bien."

Kristin Neff, psicóloga experta en el tema, plantea que la autocompasión tiene tres pilares:

• Amabilidad con uno mismo

• Humanidad compartida (recordar que no estamos solos en el sufrimiento)

• Atención plena (mindfulness)

  
  

Señales de que necesitas trabajar tu autoestima

• Te criticas constantemente por tus errores

• Te cuesta poner límites por miedo a no agradar

• Te comparas con otras personas y siempre sales perdiendo

• No te sientes suficiente, aunque los demás te valoren

  
  

3 prácticas para empezar a fortalecer tu autoestima

1. Detén el diálogo interno negativo: Cada vez que notes que te hablas con dureza, pregúntate: ¿Le hablaría así a alguien que amo?

   
   

2. Celebra tus logros, por pequeños que sean: Reconoce cuando haces algo bien. Escribirlo en un diario de logros puede ayudarte a reforzarlo.

   
   

3. Practica la meditación de autocompasión: Puedes usar meditaciones guiadas o frases como: “Estoy sufriendo, pero merezco amor y comprensión”.

   
   

El rol de la terapia

Muchas veces, la baja autoestima viene de heridas profundas: una infancia exigente, relaciones tóxicas, abandono emocional… En esos casos, el acompañamiento terapéutico puede ayudarte a sanar desde la raíz y reconstruir tu identidad con nuevas bases.

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